PRESENTACIÓN DE “EL VUELO DE LAS AVES”

Buenas tardes.
Normalmente, los escritores buscan un apadrinamiento de reconocido prestigio social y literario para abrigar de la intemperie a su obra y como paraguas para protegerse de las tormentas críticas que pudieran caerle. Es evidente que yo no soy la persona que cumple los requisitos básicos para cumplir esta misión. Simplemente, soy el mayordomo en la organización del certamen literario López Torrijos. Ahora bien, del mismo modo que mis padrinos de bautizo estuvieron pendientes de mí, dándome su cariño y la “pegarata” en pascua durante muchos años, prometo que mantendré la admiración y el apoyo a la persona y la obra de MA mientras el tiempo lo permita; y respondo a la confianza, temeraria sin duda, que  ha deposito en mí para presentar su novela,  con afecto y sinceridad.
En primer lugar: agradecimientos.
-       A Jesús, de Editorial Ledoria, por haber creído y confiado en nosotros (en José María y en mí), en nuestro proyecto (en el certamen literario), en las novelas que pusimos en sus manos.
-       A Miguel Ángel y Consolación, autores de las novelas premiadas que, como escritores, creyeron y confiaron en el certamen literario López-Torrijos, poniendo en nuestras manos su obra.
-       A José María que, como mecenas, pone su tiempo y empresa como aval para apoyar la creatividad de los escritores.



Como ven, CONFIANZA: Esa es la palabra clave en toda esta historia.
Todos los que trabajamos en el certamen literario somos unos paletos perdidos en este mundo que es la creación literaria. Estamos aprendiendo a descubrir y apreciar el proceso que va desde que alguien:
-       se pone delante de una hoja en blanco y comienza a escribir,
-       escribe 120-150 páginas estrujándose las meninges,
-       ve un anuncio de un certamen literario perdido entre la multitud,
-       confía en las bases establecidas y en sus propias posibilidades,
-       imprime su obra, la graba en un cd en formato pdf, lo guarda todo en un sobre
-       va a la oficina de correos y
-       lanza todas sus esperanzas acumuladas en su yo secreto y privado
-       haciéndolas públicas a unas personas que no conoce, que hacen de jurado, que enjuician y deciden sobre su obra…
-       y ,a lo mejor, lo premian
Esto sí que es confianza en nosotros, temeraria desde luego.
Como verán en la edición de las novelas, no aparece la composición del jurado. No aparecen unos nombres reconocidos culturalmente que avalen la calidad de las novelas. Este es un aspecto importante. Aprendimos pronto cómo funciona el mecanismo que tienen montado grupos de poder bien organizados para repartirse el pastel de los certámenes literarios. Como somos humildes, no podemos permitirnos ciertos dispendios. Nuestro certamen no es un certamen de jurado, es un certamen de lectores que les gusta disfrutar leyendo.
Como verán también, no aparece sello o logotipo de ningún organismo público apoyando financieramente o logísticamente el certamen. Todo el esfuerzo del certamen se lo carga a sus arcas y paciencia José María López Torrijos. Queremos ser independientes buscando la calidad literaria.
Por eso puedo decirles que estamos muy satisfechos con:
-       con la calidad de las novelas premiadas,
-       con quienes han escrito las novelas: por su personalidad, por la ayuda que nos han prestado, por la confianza que nos han dado
Como les decía somos un certamen de lectores. Y el jurado lector premió la novela “El vuelo de las aves” de Miguel Ángel porque le gustó la estructura narrativa de su argumento, la manera de contar,  las imágenes que transmite el lenguaje y la sinceridad que emanan sus personajes. La novela  convence de que los caminos inescrutables de sus vidas no tienen salida….
H. JAMES escribió “La razón única de la existencia de una novela es que trata de representar la vida”.
M.  KUNDERA corroboró: “Una novela no es sino una investigación sobre lo que es la vida humana dentro de la trampa en que se ha convertido el mundo”.
Pues eso es exactamente “EL vuelo de las aves”: una representación, una investigación, de y sobre la tristeza con que los humildes, los parias, aceptan ser zarandeados por las trampas de la vida.
Es una novela de diálogos que son exabruptos de emociones primarias de personajes excluidos de la sociedad por el azar, por la aplicación equivocada de su “particular manual de desobediencia”… El panorama global es un mundo de vencidos.  La novela es una investigación sobre el teorema de Ginsberg: no se puede ganar, no se puede empatar, no se puede abandonar la partida.
La única salida que el autor ha dejado a sus personajes es la desaparición. Al finalizar la lectura de la novela el escenario ha quedado totalmente vacío. No hay futuro, continuidad. Si buscan al asesino lo tienen delante de ustedes: es el autor.
Evidentemente, no les voy a contar el argumento de la novela. Con la ansiedad de quien quiere compartir emociones, les digo: léanla, por favor.
Tampoco les voy a hablar de Miguel Ángel. Sus amigos ya  le conocen. Quien quiera conocerle como persona no tiene más que acercarse a él. Y quien quiera conocerle como escritor, no tiene más que abrir GOOGLE, escribir su nombre, hacer clic en el enlace de su web y descubrir a un escritor sorprendente: con una capacidad de producción abrumadora y con unas dotes para subyugar jurados de certámenes literarios dignas de análisis. En resumen, es una persona inteligente.
Cuando lean la novela entenderán la justificación de su título “El vuelo de las aves”. Águeda, que a sus 14 años “era la niña más dulce de la clase” tiene incrustados es su memoria, como “cristalitos imantados”, versos que le sirven de ensoñación de la asfixia cotidiana, de guía y justificación de sus acciones:
Pacientemente, como los primitivos,
hemos vuelto a escrutar la dirección
de las aves, los signos de las olas,
la filigrana que la luz madura
compone en los olivos centenarios,
pues ya no nos servían
la vibración mecánica del mundo,
el asfixiante, indomable laberinto de cemento,
el saqueado huracán de la palabra.



Son versos de Antonio Colinas tomados de su poema “HACIA EL ORDEN Y LA LOCURA  DE LAS ESTRELLAS”, que forma parte del poemario “LIBRO DE LAS NOCHES ABIERTAS”, incluido en su libro titulado “ASTROLABIO” , que recoge poemas escritos entre octubre de 1975 y junio de 1979.
Curiosamente, la primera estrofa del poema escrito por Antonio Colinas podrían ser palabras de Águeda antes de iniciar su vuelo final:
Pacientemente,
hemos ido levantando nuestras vidas
bajo el orden y la locura de las estrellas.
Y ese orden celeste permite el milagro
de la respiración en nuestros pechos,
pero la inevitable, infinita locura
de los derrumbaderos de la noche,
tiende a abrir nuestras venas,
a astillar nuestros huesos.



Ya saben: “Lo peor de la vida es que cercena a su antojo pasajes decisivos”. Cuando leí la novela por primera vez muchas cosas me resultaron familiares y vinieron a mi memoria:
-       Mi visita al pozo del tío Raimundo. Salí espantado.
-       Mis visitas al penal de Ocaña. Nunca entendí nada ni fui consciente de lo que allí había.
-       El mundo rural gallego (Miñeiros es tan mágico como Macondo). Hace un mes visité en Vigo, en el Museo de Arte Contemporánea, una exposición espectacular de fotografías, tomadas por VIRXILIO VIEITIZ, del mundo rural gallego de los años 1950 a 1975 y, créanme, no me costó nada ponerles rostro a Águeda, a Martín Tiz, a Don Alfredo, a Emilio Couto...a las calles, los “caleyos”,  y las casas de Miñeiros…
-       La magia que transmiten las ondas hertzianas….
-       La filosofía: Heidegger.
-       La época en que cantábamos romances.
-       El paso del LP al CD…
…Y me sorprendió la descripción psicológica tan detallada y preciosista de  Águeda y Benito. Miguel Ángel ha creado unos personajes tan mágicamente reales que siento que los tengo a mi lado en estos momentos y que ellos deberían contar la historia.
Después, cuando conocimos a Miguel Ángel y hablamos, comprendí entresijos de la novela, que, por supuesto, no les voy a contar. No quiero quitarles el placer de que los descubran ustedes en la soledad de la lectura. Pero, sí les voy a contar algo en lo que caí el otro día: Águeda le dice al secretario del ayuntamiento “¿Me los dices, me lo cuentas, me lo narras o me los refieres?”. Miguel Ángel y yo hemos podido disfrutar, en tiempos distintos, de la sabiduría de un genio, también gallego, que, consciente de que no entendíamos nada de lo que explicaba de lógica matemática, nos decía “¿capiscas, atisbas, dilucidas, vislumbras, entrevés?”
Evidentemente, mi adormecimiento burgués no me permite asimilar la complejidad del mundo de la delincuencia, de las cárceles, de las llamadas reinserciones sociales, de la locura, de la ceguera. Miguel Ángel no sólo conoce esos mundos, sino que es capaz de representarlos. Ha creado una trama,  con una amalgama de realismo y una  estética propia del expresionismo, que con la técnica narrativa y el lenguaje utilizados ha dado como fruto un texto impactante, una novela visual.
Si quisiera contemplar la novela como cuadro, se lo encargaría a EMIL NOLDE y a EGON SCHIELE. Si quisiera disfrutarla como sonido, transformada en  música, elegiría la formación de cuarteto y el encargo sería para KURT WEILL y ALBAN BERG. Si quisiera hacer de ella una película, la dirección sería para ERNST LUBITSCH.
Evidentemente, podría elegir otras opciones. Lo mismo que harán ustedes cuando lean la novela.
En fin, es una suerte. A pesar de lo que nos está cayendo, tenemos vuestra confianza y generosidad.
Por favor, lean la novela “EL vuelo de las aves”.
Gracias.



Mario Lamela



25 de marzo de 2011. Hotel San Juan de los Reyes (Toledo)



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